Mil pájaros (Tisoč ptičev, 2021), de Andreja Peklar

Solo, sin esposa, sin hijo ni hija, vivía el rey de un país lejano. Su casa era un palacio alto y de sólida construcción, rodeado de un lujoso jardín lleno de fragantes arbustos de jazmín, naranjos y palmeras datileras, en el que correteaban pequeños monos. Incluso había un tigre que se suponía que vivía en algún lugar lejano de este jardín, pero nadie lo había visto jamás.

En las tardes de verano, cuando el sol se ponía a calentar las paredes del palacio de piedra, el rey se retiraba al fresco refugio de su jardín. Se tumbó a la sombra de un poderoso árbol, cerró los ojos y escuchó el canto de los pájaros. Su melodía lo llevó por encima de los muros del palacio, entre las esponjosas nubes blancas, y mientras la escuchaba, una pequeña sonrisa iluminaba su rostro.

Una tarde, mientras en un lago cercano desde su barco observaba el juego de las libélulas sobre los nenúfares de color rosa, desde lejos llegó a sus oídos un canto muy especial. Le sonaba tan familiar, tan suave y cálido, como un suave abrazo. Pensó: “¡Qué bonito sería tener este pájaro en el palacio, para que me cantara noche y día, día tras día!”.

Se puso a remar más fuerte, pero en la oscuridad de la noche no logró divisarlo.

Y al día siguiente, ordenó a sus sirvientes que la encontraran y la llevaran a palacio.

Traducción de Barbara Pregelj
Ilustrado por ANDREJA PEKLAR