La historia de la hermana pequeña de la literatura eslovena, la literatura infantil y juvenil, comienza al mismo tiempo que la historia de su hermana mayor, la literatura eslovena. Incluso se podría decir que son hermanas gemelas, ya que ambas surgieron de las plumas de los escritores protestantes eslovenos del siglo XVI. Si las obras de Primož Trubar se consideran el inicio de la literatura eslovena, y la traducción de la Biblia de Jurij Dalmatin el mayor logro del protestantismo esloveno, fue otro de esos autores protestantes, Sebastjan Krelj, quien escribió la Biblia para niños, un texto que enseñaba a los más pequeños las bases de la (verdadera) fe.
Dado que los escritores protestantes, como sabemos por los escritos de Trubar, rechazaban las imágenes, la Biblia para niños de Krelj tampoco contiene ilustraciones, lo que probablemente les resulte bastante inusual a los lectores modernos. Pero las vidas de nuestras hermanas se entrelazaron a menudo también en tiempos posteriores, como durante la época de la Ilustración. Algunos de los textos incluidos en las colecciones de poesía y almanaques para adultos típicos de la época, como Pisanice – Floriregio, estaban destinados principalmente a los niños. Así debe leerse, por ejemplo, el poema de Janez Damascen Dev, “Quien no obedece, desobedece al Dios”, así como muchas de las fábulas de Valentin Vodník. Muchos de los poemas de Prešeren, especialmente los de su última época, sus versificaciones o traducciones (por ejemplo, la traducción de Lenora, de Burger, y Povodni mož) se consideran textos “más” juveniles o al menos más fáciles de entender para los jóvenes.
Es en el siglo XIX, sin embargo, cuando las dos hermanas empiezan a vivir vidas separadas: con el auge de las primeras revistas para jóvenes (en esa época todavía mayoritariamente oyentes), comienzan a aparecer textos específicamente destinados a ellos. Luiza Pesjak, Pavlina Pajkova y France Levstik son algunos de los autores que escriben principalmente para adultos pero que al mismo tiempo destinan algunos de sus textos a los niños. No obstante, es al inicio del siglo XX cuando la literatura infantil y juvenil (LIJ) se centra en el mundo específico de su lector. De aquí que Oton Župančič sea considerado el pionero de la LIJ moderna en Eslovenia: su libro de poemas “Las burbujas” sigue siendo popular entre los niños eslovenos.
En el siglo XX, la literatura infantil y juvenil eslovena vivió años rompedores, típicos de la adolescencia, durante los cuales sus autores llegaron a desarrollar todos los géneros más importantes de la misma: álbumes, prosa corta, poesía y teatro. Además, a nuestra joven le interesaban una gran variedad de asuntos, que van desde los temas sociales hasta el mundo burgués y de la familia; en la posguerra, por otra parte, se orientó hacia el realismo social, que da menos lugar a las historias íntimas. Durante todo este tiempo, empero, nuestra joven está madurando, y en los años ochenta alcanza su mayoría de edad, acercándose a los temas que también interesan a los autores de la LIJ de otras partes del mundo: se abre a los temas cotidianos, realistas, a los desafíos difíciles, a veces incluso incómodos, por un lado, mientras que por otro se ocupa de lo fantástico. Primero en traducciones, luego también en textos escritos por autores eslovenos.
¿Qué decir entonces de la más reciente producción de literatura infantil y juvenil escrita por diferentes generaciones de autores eslovenos? Sus poéticas son muy diferentes. Si en el pasado la literatura eslovena se esforzaba por establecer un vínculo con las tendencias de la LIJ mundial, en su edad madura participa soberanamente en la creación de las mismas. Esto se refleja también en las numerosas traducciones a otras lenguas de textos de autores eslovenos que escriben para niños y jóvenes, así como en los numerosos premios internacionales que estos reciben. Aquí se destaca especialmente Peter Svetina, dos veces finalista del Premio Andersen, que, como María Teresa Andruetto, la ganadora argentina del máximo galardón en el ámbito de la LIJ, no subestima a los jóvenes lectores e incita su imaginación con una combinación de textos literariamente ambiciosos, y a su vez cálidos. Los textos de Jana Bauer traducidos al español nos presentan a un hada rebelde que reúne en torno a sí, con franqueza y calidez, a una comunidad que aprende con ella a respetar a los individuos siendo consciente al mismo tiempo de su propia totalidad. Los textos de Majda Koren, a su vez, son muy variados: algunos reflejan los aspectos más misteriosos de Eslovenia, otros la importancia de los cuentos de hadas y el alimento espiritual, así como la picardía, que ayuda a los niños a crecer a través de sus travesuras. Klarisa Jovanović, con su gimnasta Nikolai, nos hace reflexionar sobre nuestros valores, pero también nos anima a actuar de forma ética y a ayudar a mejorar el mundo en el que vivimos.
Durante su vida, la literatura infantil y juvenil eslovena ha recorrido un viaje similar al que realiza el anillo de la historia “El Anillo Mágico”, que al final del relato, escrito por Peter Svetina, regresa al punto de inicio. De este modo, la literatura juvenil eslovena contemporánea también vuelve a nosotros mismos, al juego, al lenguaje, a las esperanzas y los miedos que habitan en todos nosotros, a nuestra humanidad. Entre sus páginas se refleja el pasado y se nos ofrece un futuro.